Titulares

sábado, 2 de octubre de 2021

Siembra árboles, aporta a la biodiversidad en el Mes de la Reforestación

Por Emilia Santos Frias


La República Dominicana inmensamente rica en recursos naturales, de abundante biodiversidad en su fauna y flora, desde hace años sufre los embates de manos inescrupulosas que atentan contra sus grandes masas forestales. Depredado en ocasiones, de forma cruel, enclaves biológicos de conservación y refugio de diversas especies.

Propiciando así con sus malas acciones la destrucción de importantes áreas protegidas, entre ellas, reservas naturales y parques nacionales, lo correcto es que todas y todos lo preservemos.

Conocido es que en esta lamentable problemática irrumpen manos nativas y extranjeras; inclementes seres humanos que solo piensan en lucro o en saciar necesidades primarias, en perjuicio de nuestro ecosistema terrestre, que nada justifica su eliminación.

Estamos más que orgullosos de pertenecer a un país poseedor de una biosfera compuesta por abundantes y frondosos bosques, presentes 29 parques nacionales, sin embargo, a las manos despiadadas no parece importarles preservar la vida de nuestra flora y fauna, con su maldad atentan también contra la vida humana.

La sanción a su bestialidad debe ser más drástica, porque ponen en riesgo y vulnerar nuestras 123 unidades de conservación, de áreas protegidas, comprendidas en 12,033.12 kilómetros cuadrados de terreno de nuestra nación, incluyendo el ecosistema fronterizo, equivalentes al 24.8% del territorio nacional.

Esta efeméride: Octubre, Mes de la Reforestación, debe ser además un motivo para preservar la naturaleza y todo lo que ella encierra, el cuidado del suelo; mantener biodiversidad o diversas formas de vida; producir y conservar el agua, así como purificar el aire, algunos de los compromisos asumidos en el año 2020, que solo conseguiremos si no dejamos de sembrar árboles.

¡Todavía tenemos tiempo de preservar a nuestro país verde y frondoso! Anímate y contribuye a aumentar la capa boscosa, además, a proteger el ecosistema acuático, víctima también de la perversidad.

Es bien sabido que al destruir nuestros bosques eliminamos la reproducción de agua; vital para la vida animal, vegetal y humana. Al tiempo que, desechamos los hogares o hábitat de las variadas especies de animales que posee nuestra nación. ¡Somos la parte verde de la isla La Española! No debemos flaquear al accionar para seguir exhibiendo nuestro pulmón natural. La preservación es necesaria.

Te exhorto que siembres árboles y te conviertas en guardia de nuestros ecosistemas; resguardando los ríos; las especies animales y plantas endémicas, naturalizadas e introducidas, que tiene el país. Así como, aquellas amenazadas y en peligro de extinción.

Siembra árboles, fomenta refugios o enclaves biológicos para la conservación de la biodiversidad y contribuye con la proliferación de diversos grupos de la fauna dominicana. ¿Sabías que según el   Cuarto Informe Nacional de Biodiversidad, la República Dominicana tiene más de nueve mil 682 especies de animales vertebrados e invertebrados, con hábitat terrestre y marina, de los cuales dos mil 830 especies son endémicas. ¡Fomentemos su reproducción!

También, honra el Mes de la Reforestación estando alerta, para impedir que las multinacionales mineras, establecidas en el país, exploten zonas boscosas que no les han sido permitidas.  Nuestras áreas protegidas, presentes en reservas y monumentos naturales, parques nacionales…, hacen posible infinitas variedades de vida animal y vegetal, que debemos salvaguardar. Ellas hacen, además, grandes e importantes aportes a la vida humana y a la salud.

Honremos el mes de la Reforestación, eliminando la producción de daños ambientales con nuestras acciones, aportemos al medioambiente sano. Respetemos y deleitemonos en nuestros manglares, en las reservas naturales y científicas; parques y monumentos naturales, y al visitarlos dejemos en ellos aportes para su protección. ¡Creemos masa forestal!

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Hasta nuestro próximo encuentro.

santosemili@gmail.com                                                                                                   

La autora reside en Santo Domingo

Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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