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Adolfina Mejia
marzo 29, 2022
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Por: Dres. Kirssy Adianez Balbuena Corporán e Ivanhoe Balbuena
La menopausia es una etapa en la vida de la mujer cargada de cambios y procesos de reflexión. Muchas mujeres se ven marcadas por el fin de su etapa reproductiva y otras sienten un reto por los cambios en su sexualidad. En ese sentido podemos indicar que la menopausia es el cese de los periodos menstruales de una mujer, que ocurre luego de 12 meses consecutivos de amenorrea. Esto sucede por procesos biológicos que hacen a los folículos ováricos incapaces de producir estrógenos ante el estímulo de las hormonas foliculoestimulante y luteinizante.
Se puede asegurar que en las últimas décadas se ha incrementado el interés por analizar cómo viven las mujeres y su sexualidad durante esta etapa, ya que, la sexualidad es un componente importante de la vida y de la salud. Sin embargo, el estudio realizado por Marcela Gómez T, en una población femenina, concluye que existe una prevalencia de disfunciones sexuales entre el 25% y 43% en mujeres de mediana edad.
Por lo señalado precedentemente, se puede afirmar que, entre el trabajo, los hijos y la rutina, el sexo se coloca en una mirada del olvido junto a la promesa de “mañana me toca”. A esto se suman factores biológicos; mitos de que la intimidad y el placer están condenados a morir durante esta etapa; que la mujer ya no siente el pajarito; que el desierto se posó en su parte intima…
Obras que abordan el tema, narran que durante la menopausia ocurre el cese permanente de la menstruación, con interrupción de la producción hormonal del ovario, que trae consigo cambios de orden físico, psicológico y social. Según las estadísticas de Estados Unidos, un 80% y de México entre un 40 a un 76% experimentará síntomas como sofoco, insomnio, aumento de peso y una montaña rusa de emociones.
Estos cambios físicos también incluyen la alteración del deseo sexual y una serie de síntomas vaginales, como ardor, dolor e incontinencia urinaria. Si bien estos síntomas generan marcada disminución al libido y frustración para realizar algún tipo de actividad sexual, debemos recordar que la penetración no es el único evento que permite el goce sexual.
Llegar a la madurez femenina no significa quedar condenada al luto sexual, hay muchas opciones para que las mujeres puedan disfrutar a plenitud del acto sexual, como la terapia de reemplazo hormonal, luego de tener una evaluación adecuada.
Sin embargo recordamos a las mujeres que prefieren mantenerse alejadas de este método, que no es la única alternativa. Pueden elegir entre tratamientos orales, parches y productos vaginales, que mejoran, de acuerdo con la necesidad que presente, como resequedad, que se controla con lubricantes, humectantes vaginales y tratamientos tópicos.
La experiencia de la menopausia es diferente para cada mujer y entre mujeres de diferentes culturas o procedencias. No es el final de la vida, sino el comienzo de una etapa que ocupa casi la tercera parte de la vida. Por eso es necesario que comprenda que la actividad sexual a esta edad no muere, pero sí se transforma. Cambia la frecuencia, por la calidad, el vigor, la experiencia, pero los encuentros son más íntimos e intensos.
Esta etapa permite un compromiso entre la pareja; es un momento preciso para hablar y tomarlo con calma. Comprender que el goce sexual va más allá de la penetración, y hay otras partes del cuerpo sensibles y muy útil para provocar el deseo y la satisfacción. Vive esta etapa con bienestar biopsicosocial.
Los autores
Dres Kirssy Adianez Balbuena Corporán, es ginecóloga Obstetra colposcopista y terapeuta sexual.
Dr. Ivanhoe Balbuena, es cirujano general, laparoscopia.
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