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domingo, 3 de julio de 2022

A 40 años de la trágica muerte del presidente Antonio Guzmán Fernández


Santo Domingo.-
Éste 4 de julio se cumplen 40 de la trágica muerte del presidente Silvestre Antonio Guzmán Fernández, considerado uno de los mejores gobernantes de la vida democrática de la República Dominicana.

Antonio Guzmán Fernández gobernó el país desde el 16 de agosto del año 1978 hasta el domingo 4 de julio de 1982 cuando se produjo su trágico deceso por lo que se informó fué un suicidio en el palacio nacional cuando apenas faltaban 43 días para que finalizará su mandato presidencial. Tenía 71 años de edad.

Según informes de la época había decidido quitarse la vida por supuestos rumores de actos de corrupción en el gobierno.

Su administración se caracterizó por un fuerte respeto a las libertades publicas, condición prácticamente inexistente en la historia dominicana del siglo XX.

Guzmán es considerado como el artífice de la consagración democrática dominicana, al verificarse por primera vez la alternancia de partidos políticos en el Estado por la vía electoral.

Antes de cumplir 60 días en el poder, promulgó la Ley de amnistía que puso en libertad a centenares de presos políticos y permitió el regreso de decenas de exiliados políticos del régimen anterior.

Derogó una serie de medidas administrativas que afectaban el disfrute de las libertades individuales, dando paso al establecimiento de un ambiente democrático en el país.

En un discurso pronunciado el 22 de enero de 1979, delineó su política económica, la cual se enfocó en incentivos al desarrollo agrícola y a la agroindustria como principal fuente generadora de empleo en la zona rural.

También promovió medidas para la protección de la pequeña y mediana industria, la limitación de importaciones suntuarias, así como estímulos a la actividad exportadora y el aumento en la producción de energía eléctrica.

Ingresó al Partido Revolucionario Dominicano en el año 1961, siendo designado en 1963 como Secretario de Agricultura, entrando así a la vida política de la nación.

Luego del derrocamiento de Juan Bosch en 1963 pasó al año siguiente, o sea en 1964 a formar parte del Comité Ejecutivo Nacional y la Comisión Política del PRD.

Su presencia ciudadana tuvo un enorme reconocimiento en los días de 1965, en lo que se llamó "La fórmula Guzmán" mediante la cual, como medio de lograr un cese a las hostilidades de la guerra de abril de 1965, y llegar a unas elecciones libres, le fue ofrecida la Presidencia Provisional de la República, la cual rechazó.

No obstante, tomó parte en la comisión mediadora que culminó con la juramentación como presidente provisional de Héctor García Godoy.

Desde entonces, el quehacer político ocupó un lugar preponderante en su vida y en 1974, una coalición de partidos de oposición denominado " Acuerdo de Santiago" lo nominó como su candidato a la presidencia para las elecciones de ese año.

Sin embargo, las sospechas de que el entonces presidente Joaquín Balaguer se valdría de un fraude y desconocería los resultados de ser adversos a él, provocaron que el "Acuerdo de Santiago" se retirara de la contienda electoral.

En 1977, el PRD lo escogió como candidato a la Presidencia, resultando victorioso en las elecciones de mayo de 1978.

Con el apoyo decidido de la embajada de los Estados Unidos, de los empresarios (sector que aunque beneficiario de las políticas de Balaguer había visto como insostenible su prolongación en el tiempo) y con el voto mayoritario del pueblo dominicano, Guzmán tomó posesión el 16 de agosto de 1978.

De inmediato realizó cambios en el ordenamiento burocrático-militar, tomó medidas contra la corrupción que había caracterizado al gobierno anterior y se encaminó hacia un nuevo ordenamiento del estado dominicano, eliminando el fantasma de asonadas militares y de la interrupción del orden democrático.

Inició un proceso de "despolitización" de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, las cuales habían sido convertidas por el gobierno de Joaquín Balaguer, en instrumentos de represión, de luchas internas y de intimidación criminal y política, basadas en un apego al presidente de turno y a su partido, el Reformista Social Cristiano.
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