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Adolfina Mejia
enero 01, 2023
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Por Emilia Santos FriasLa esperanza es pasión por lo posible, reza un dicho, y justamente a ella inclina la nación dominicana con su pujante población, que ante la llegada del año 2023 se percibe cargada de esperanza, anhelo de progreso colectivo para su gente, y con ella, más salud mental para tomar decisiones eficaces que produzcan ventura social.
Es bien sabido que, donde hay vida hay expectación, y la República Dominicana reboza de vigor. “…trémula de valor y de esperanza, y sólo cesa en la tremenda lucha cuando aclamarse vencedora escucha”, diría la excelsa Salomé Ureña.
Por eso, al nacer este enero, sentimos la certidumbre de que durante los próximos 12 meses que recién inician, el país, sus autoridades, servidores públicos, privados y la ciudadanía en general, accionará de forma correcta, de modo que sus pasos, como advertía el eminente Nelson Mandela, reflejen confianza, no miedo, de ese tuvimos mucho en el periodo que culminó.
Pero, tenemos gratitud por cada bendición que nos concedió el Padre Creador en el 2022, por los avances en la agenda y temas nodales; prioridad de la nación para mejorar, fortalecer la vida de su población.
Pero, tenemos gratitud por cada bendición que nos concedió el Padre Creador en el 2022, por los avances en la agenda y temas nodales; prioridad de la nación para mejorar, fortalecer la vida de su población.
Ahora nos queda la esperanza, ella, decía Carlo Magno, es el sueño de quienes están despiertos. Con su abrigo en esta nueva época se podrán optimizar las estrategias que nos conducirán a alcanzar metas propuestas y felicidad colectiva.
Por eso, en este lapso, nuestra resiliente nación, siempre con fe en el porvenir como dijo la excelsa Salomé Ureña, y en alianza con todos los sectores de la vida en sociedad, debe asumir, abrazar con ahínco compromisos propios de la Era de la Información; sus avances científicos y cambios en la mentalidad humana. Es por ello, que en su agenda del año debe remachar la preservación de derechos fundamentales, humanos, medioambientales.
Como la esperanza pertenece a la vida, y es la vida misma defendiéndose, como decía el culto profesor Julio Cortázar; además, es una virtud que desecha mezquindades, para disfrutar las delicias, afirmaba el historiador Voltaire, propongo que iniciemos este nuevo año; una nueva etapa para servir, para retoñar socialmente; para florecer, sumando con nuestra iniciativas y acciones a la expectativa colectiva de progreso social, no importa que tan ínfimas sean, ellas harán contribuciones a la nación. Bienvenido, feliz y esperanzador 2023.
Hasta la próxima entrega
La autora reside en Santo Domingo.
Por eso, en este lapso, nuestra resiliente nación, siempre con fe en el porvenir como dijo la excelsa Salomé Ureña, y en alianza con todos los sectores de la vida en sociedad, debe asumir, abrazar con ahínco compromisos propios de la Era de la Información; sus avances científicos y cambios en la mentalidad humana. Es por ello, que en su agenda del año debe remachar la preservación de derechos fundamentales, humanos, medioambientales.
Como la esperanza pertenece a la vida, y es la vida misma defendiéndose, como decía el culto profesor Julio Cortázar; además, es una virtud que desecha mezquindades, para disfrutar las delicias, afirmaba el historiador Voltaire, propongo que iniciemos este nuevo año; una nueva etapa para servir, para retoñar socialmente; para florecer, sumando con nuestra iniciativas y acciones a la expectativa colectiva de progreso social, no importa que tan ínfimas sean, ellas harán contribuciones a la nación. Bienvenido, feliz y esperanzador 2023.
Hasta la próxima entrega
La autora reside en Santo Domingo.
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