Writen by
Adolfina Mejia
septiembre 02, 2023
-
0
Comments
Por: Adolfina Mejía
Santo Domingo Este. - Fue a mediados de la década de 1960 cuando el profesor Graciliano Mejía y Mejía, oriundo del municipio de Bayaguana en la provincia Monte Plata junto al también profesor Ángel Salas Aquino decidieron fundar en el sector "San Antonio" de ese municipio, el Colegio Santo Cristo de los Milagros, hoy convertido en la Escuela que lleva el mismo nombre, y cuyo lema era “Por amor a Dios y a los Estudiantes, educar bien”
Cuenta el profesor Mejía, que el objetivo de la fundación de este centro educativo en el año 1966 fue contribuír con la educación de ese sector y otros muchos barrios como son Vietnam y Los Minas, entre otros, y así llevar formación a los niños y niñas de escasos recursos económico de esas localidades a los que solo se le cobraba 10 centavos.
Cuenta el profesor Mejía, que el objetivo de la fundación de este centro educativo en el año 1966 fue contribuír con la educación de ese sector y otros muchos barrios como son Vietnam y Los Minas, entre otros, y así llevar formación a los niños y niñas de escasos recursos económico de esas localidades a los que solo se le cobraba 10 centavos.
Agrega que los padres que inscribían tres hijos se les exoneraba uno, pagando una mensualidad de 20 centavos en vez de 30.
Dice que los escasos recursos económicos no amilanaron su vocación por la enseñanza, sirviendo además con la alfabetización gratuita en el local que inició en una pequeña casa de madera techada de zinc de su propiedad, y cuyo mobiliario fue construido por el mismo.Su amor y vocación por la educación lo llevó el 1 de mayo, “Día Internacional del Trabajo” de ese mismo año, o sea en 1966, junto a un grupo de inquietos jóvenes de la barriada a fundar una biblioteca, a la que llamaron “Por Amor a Dios y a los Estudiantes”, la que permitía a sus alumnos tener acceso a libros de textos, pero también a literatura de los más afamados escritores, no solo del país, sino de otras latitudes.
Entre estos jóvenes dice están María Cleofa Prensa, Juan y Adolfina Mejia, Máximo Augusto Martell y Maira de los Santos, entre otros.
En ese mismo año, el 20 de julio, la secretaria de Educación, hoy Ministerio de Educación reconoce al centro escolar con el oficio número 422.
El 24 de julio de 1971 fundó el Instituto Comercial Estudio y Progreso, cuyo lema era “Prepárate y serás Útil a la Patria”, una entidad que se dedicaba a ofrecer estudios de mecanografía, taquigrafía y secretariado comercial..
Agrega que el 1 de enero de 1970 la profesora Juana Natalia Báez de Mejía pasó a ostentar la subdirección del colegio, y el 1 de octubre de 1974 el profesor José Antonio Báez Benítez pasó a ser el secretario docente.
En marzo de 1980 el centro educativo fue adscrito al Liceo Ramón Emilio Jiménez con el número SEP 95. Allí se impartía docencia hasta el tercer curso del bachillerato.
Dice que los escasos recursos económicos no amilanaron su vocación por la enseñanza, sirviendo además con la alfabetización gratuita en el local que inició en una pequeña casa de madera techada de zinc de su propiedad, y cuyo mobiliario fue construido por el mismo.Su amor y vocación por la educación lo llevó el 1 de mayo, “Día Internacional del Trabajo” de ese mismo año, o sea en 1966, junto a un grupo de inquietos jóvenes de la barriada a fundar una biblioteca, a la que llamaron “Por Amor a Dios y a los Estudiantes”, la que permitía a sus alumnos tener acceso a libros de textos, pero también a literatura de los más afamados escritores, no solo del país, sino de otras latitudes.
Entre estos jóvenes dice están María Cleofa Prensa, Juan y Adolfina Mejia, Máximo Augusto Martell y Maira de los Santos, entre otros.
En ese mismo año, el 20 de julio, la secretaria de Educación, hoy Ministerio de Educación reconoce al centro escolar con el oficio número 422.
El 24 de julio de 1971 fundó el Instituto Comercial Estudio y Progreso, cuyo lema era “Prepárate y serás Útil a la Patria”, una entidad que se dedicaba a ofrecer estudios de mecanografía, taquigrafía y secretariado comercial..
Agrega que el 1 de enero de 1970 la profesora Juana Natalia Báez de Mejía pasó a ostentar la subdirección del colegio, y el 1 de octubre de 1974 el profesor José Antonio Báez Benítez pasó a ser el secretario docente.
En marzo de 1980 el centro educativo fue adscrito al Liceo Ramón Emilio Jiménez con el número SEP 95. Allí se impartía docencia hasta el tercer curso del bachillerato.
Cabe resaltar que el profesor Mejía también se desempeñó por varios años como docente de la materia de gramática en el Liceo Ramón Emilio Jiménez.
Cuenta que en el año 1981 presentó un problema con sus cuerdas vocales, lo que le impedía continuar impartiendo docencia por prescripción médica.
Fue en esas circunstancias, y aprovechando que la secretaria de Educación buscaba un local para instalar una escuela que decidió entrar en negociaciones con la institución educativa estatal, y así el centro de enseñanza privado pasó a formar parte del sector educativo público.
“Así nos pusimos de acuerdo, una parte monetaria, y que me recibiera a todos los profesores que estaban preparados incluyéndome a mi y así lo hicimos”, señala.Pero la contribución de este hombre, no solo se circunscribió a la educación a la que dedicó una buena parte de su vida, sino que el 29 de agosto de 1966 solicitó a la Junta de Ornato y Embellecimiento de San Lorenzo de Los Mina, la designación con el nombre de Fray Bartolomé de las Casas a la calle donde aún se encuentra ubicado el centro de enseñanzas.
Recuerda el profesor Mejía la ayuda que recibió para que esta calle llevara el nombre del sacerdote Fray Bartolomé de las Casas, nacido en Madrid, España en 1474 de Ignacio Martínez H, un destacado munícipe y político que vivió y contribuyó al desarrollo del Barrio San Lorenzo de Los Mina, hoy municipio Santo Domingo Este, y capital de la provincia Santo Domingo por aproximadamente 50 años.
Refiere que tiene muy bonitos recuerdos de aquellos años en los que se desempeñó como docente y director del colegio que fundó. Entre esos gratos recuerdos menciona la ayuda que dice recibió de los padres de los alumnos, lo que según expresa hacía más fácil el proceso de enseñanza- aprendizaje.
“Ellos se preocupaban por sus hijos, ningún maestro puede decir que es maestro, sino tiene la ayuda de los padres, hoy esta haciendo falta eso, porque la mayoría de los padres de hoy en día le dejan todo al maestro” adujo.
Se puede decir que este hombre que dedicó una buena parte de su vida al noble servicio de enseñar, y el colegio que fundó han contribuído al desarrollo de la educación, no solo del municipio Santo Domingo Este, sino del país, pues allí se formaron muchos hombres y mujeres que, profesionales, o no aportan al desarrollo de la nación.
Cuenta que en el año 1981 presentó un problema con sus cuerdas vocales, lo que le impedía continuar impartiendo docencia por prescripción médica.
Fue en esas circunstancias, y aprovechando que la secretaria de Educación buscaba un local para instalar una escuela que decidió entrar en negociaciones con la institución educativa estatal, y así el centro de enseñanza privado pasó a formar parte del sector educativo público.
“Así nos pusimos de acuerdo, una parte monetaria, y que me recibiera a todos los profesores que estaban preparados incluyéndome a mi y así lo hicimos”, señala.Pero la contribución de este hombre, no solo se circunscribió a la educación a la que dedicó una buena parte de su vida, sino que el 29 de agosto de 1966 solicitó a la Junta de Ornato y Embellecimiento de San Lorenzo de Los Mina, la designación con el nombre de Fray Bartolomé de las Casas a la calle donde aún se encuentra ubicado el centro de enseñanzas.
Recuerda el profesor Mejía la ayuda que recibió para que esta calle llevara el nombre del sacerdote Fray Bartolomé de las Casas, nacido en Madrid, España en 1474 de Ignacio Martínez H, un destacado munícipe y político que vivió y contribuyó al desarrollo del Barrio San Lorenzo de Los Mina, hoy municipio Santo Domingo Este, y capital de la provincia Santo Domingo por aproximadamente 50 años.
Refiere que tiene muy bonitos recuerdos de aquellos años en los que se desempeñó como docente y director del colegio que fundó. Entre esos gratos recuerdos menciona la ayuda que dice recibió de los padres de los alumnos, lo que según expresa hacía más fácil el proceso de enseñanza- aprendizaje.
“Ellos se preocupaban por sus hijos, ningún maestro puede decir que es maestro, sino tiene la ayuda de los padres, hoy esta haciendo falta eso, porque la mayoría de los padres de hoy en día le dejan todo al maestro” adujo.
Se puede decir que este hombre que dedicó una buena parte de su vida al noble servicio de enseñar, y el colegio que fundó han contribuído al desarrollo de la educación, no solo del municipio Santo Domingo Este, sino del país, pues allí se formaron muchos hombres y mujeres que, profesionales, o no aportan al desarrollo de la nación.
Entre está pléyades de estudiantes del Colegio Santo Cristo de los Milagros estuvo el dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en Santo Domingo Este, ex- diputado y aspirante a ésa misma posición, Jorge Frías.
No hay comentarios
Publicar un comentario