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Adolfina Mejia
octubre 04, 2023
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Por: Emiliano Reyes Espejo
ere.prensa@gmail.com
Todo ciudadano, organización, empresa, pueblo y país debería tener a la mano un “manual para tiempos difíciles”. Sería lo más recomendable. ¿Pero realmente se avecinan tiempos embarazosos?
No es que uno sea “pájaro de mal agüero” ni mucho menos. Es “nada más y nada menos” que el todopoderoso Banco Mundial el que invita a prepararse para tiempos difíciles. Y por alguna razón lo hace.
Lleguen o no los "malos tiempos" -como se dice en la vida cotidiana-, es recomendable, como especifica el Banco Mundial, contar con un manual, una guía que permita al ciudadano o a la nación afrontar con éxito la nueva realidad.
Y para no individualizar, podríamos enumerar las situaciones engorrosas que creemos que están surgiendo y que podríamos enfrentar como nación. Estaremos expuestos y sentiremos, por ejemplo, los efectos económicos y financieros causados por la lucha geopolítica global, que ocurre independientemente de la voluntad de nuestros pequeños países.
Nos enfrentaremos a aumentos en combustible, alimentos y muchos servicios. Veremos cómo las grandes potencias reajustan sus respectivos dominios y se reposicionan en bloques económicos, comerciales y financieros. Se librarán lamentables guerras fratricidas para mantener el dominio sobre territorios, riquezas y países.
El Banco Mundial, que se define como una asociación global única integrada por 189 países y que cuenta con cinco instituciones destinadas a trabajar para "reducir la pobreza y generar prosperidad" en las naciones en desarrollo, propone en sus Reuniones Anuales de 2023, que se celebrarán este martes, el 10 de octubre en Marrakech, para discutir y aprobar "un nuevo manual para tiempos difíciles", que - se supone - será utilizado a nivel mundial.
"Vivimos en una era en la que la inestabilidad crónica, las guerras civiles, los impactos globales de la pandemia y los continuos desastres climáticos han creado un panorama complejo caracterizado por riesgos interconectados, que exacerban la fragilidad", afirma este organismo en su convocatoria.
Sostiene que "los países necesitan ayuda para prevenir las crisis, prepararse para ellas y afrontarlas de manera que no los desvíen de sus objetivos de desarrollo". Y subraya: "En este contexto, el Banco Mundial evoluciona para convertirse en un banco mejor que sirva a las personas más vulnerables del mundo".
Pero, ¿por qué este banco propone actualmente discutir ideas para crear nuevos manuales que permitan a las naciones enfrentar con éxito los desafíos que se avecinan? ¿Prevé esta entidad la llegada de "tiempos difíciles para la humanidad" y desea preparar a las naciones para estar preparadas para afrontarlos?
Podría ocurrir que crear una especie de alarma no sea precisamente el objetivo de este nuevo manual. Y en ese sentido, el Banco Mundial indica que este evento reunirá a "actores clave para analizar ideas y alianzas que puedan responder mejor a los desafíos actuales".
La actividad "será retransmitida en directo desde las Reuniones Anuales que se celebrarán en Marrakech (Marruecos), y contará con interpretación simultánea en árabe, francés y español".
Los interesados en el tema podrán conectarse y seguir este evento a través de la página en línea del Banco Mundial (la formidable magia de la tecnología electrónica).
Si hiciéramos un ejercicio particular para elaborar un “manual para tiempos difíciles” en el país, ¿qué elementos tomaríamos en consideración?:
1) Primero, ¿tiene nuestro país un manual para afrontar los malos tiempos? Si no existe -y no creo que exista- se debería crear inmediatamente un equipo técnico para elaborar dicho Manual.
2) En este Manual, por ejemplo, se deben prever aumentos en los precios de los combustibles y de los alimentos. Adoptar políticas tempranas que eviten un mayor empobrecimiento de la población.
3) Anticipar las guerras provocadas por los grandes bloques económicos, financieros y comerciales del mundo.
4) Adelantarse a la situación haitiana y no ponerse “curitas” después de que el mal se haya extendido. Esté preparado para enfrentar la creciente crisis que ya se vuelve humanitaria que vive el vecino Estado de Haití y el imparable crecimiento poblacional de esa nación, que -se guste o no- terminará arrastrando a nuestro país al colapso.
5) Educar a la población sobre los nuevos giros que está dando la geopolítica mundial. Explicar a los dominicanos la guerra estratégica (en los campos geopolíticos, económicos, financieros, comerciales, tecnológicos y diplomáticos) que libran los grandes bloques que dominan al mundo, con los Estados Unidos, Europa y aliados disputándose el control de regiones de la tierra (¿y de la Luna?) con China (las Rutas de la Seda) Rusia, India e Irán, entre otros (el Grupo de los BRICS: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y Argentina). Los países BRICS “han cambiado sus sistemas políticos para abrazar la integración en el mercado global”. Como se sabe, estas naciones se plantean desarrollar un intercambio comercial y financiero entre ellas, sin Estados Unidos y sin potencias europeas, a la vez que propalan la “desdolarización” de la economía mundial. La llamada “desdolarización”, como comienzan a decir los expertos, podría ser un golpe mortal a la hegemonía de Estados Unidos en el mundo.
6) Ante esta realidad, el país debe establecer reglas -en el marco de su manual para tiempos difíciles- que definan claramente qué posición mantendrá frente a estos grandes bloques que hoy se encuentran en pleno desarrollo.
7) Este Manual debe considerar la difícil situación que enfrenta el país con la masiva migración haitiana y los desafíos que esto conlleva.
8) Elaborar planes anticipados de desarrollo destinados a "reducir la pobreza y generar prosperidad". En este sentido, acoger con satisfacción la misión del Banco Mundial que prevé "poner fin a la pobreza extrema", "reducir al 3% el porcentaje de personas que viven con menos de 1,90 dólares al día", "promover la prosperidad compartida" y "promover el aumento de ingresos del 40% más pobre de la población".
En cuanto al aspecto político, el Manual podría contemplar una mayor inclusión de la población en esta actividad, fortalecer y modernizar las instituciones y erradicar la impunidad.
Pero al margen de este Manual de Nación, cada uno debe preparar su propia guía para afrontar de forma sana los retos que se nos presentarán en el día a día, debido, entre otras cosas, a la ocurrencia de un encuentro inevitable. entre las grandes potencias hegemónicas del mundo. Tenemos que prepararnos para lo que viene. ¡Mira a Cristo! Escuchemos al Banco Mundial y preparemos ahora nuestro Manual para tiempos difíciles, ¿verdad?
*El autor es periodista.
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