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Adolfina Mejia
diciembre 21, 2023
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Es un planteamiento bien logrado con calidad en su concepto, sus actuaciones y la ejecución de que fue objeto para llegar a la gran pantalla
Por: José Rafael Sosa
El Vendedor de Arte (Marcel Andrés Fondeur Méndez, 2023) es una de esas demostraciones del talento joven dominicano en capacidad de producir un cine que trascienda.
La película toca un tema universal: el valor del arte y las emociones que cruzan tanto a sus creadores como a sus traficantes, a partir de historias individuales sentidas y bien trabajadas desde su concepto.
Esta producción es trascendencia a partir de lo simple y expresión de un compromiso, ese que cuenta historias que nos pueden transformar en mejores seres humanos.
A unos días de terminar el 2023 y de la llegada de un nuevo tiempo, El vendedor de arte, es más que un divertimento fílmico o una forma de obtener los fondos que proporciona la Ley Nacional de Cine para hacer cualquier cosa para la pantalla.
Esta produccion es un planteamiento firme y de calidad en su concepto, sus actuaciones y la ejecución de que fue objeto para llegar a la gran pantalla.
Es una película que hay que ver.
El vendedor de arte, (Marcel Andrés Fondeur Méndez) es una de esas películas que, por su concepto, por la fluidez efectiva de sus actuaciones, por el empleo con eficacia de sus recursos técnicos.
Destacan, en especial, dirección fotográfica y dirección de arte, evidencian que para los cineastas dominicanos es posible hacer un cine consumible con gusto en cualquier parte del mundo, a partir de una historia simple con giros dramáticos capaces de sorprendernos dulcemente.
Es un drama que expone un abanico desafiante de ópticas: las corrientes estéticas del arte visual, el mercantilismo, modas y modismos, los curiosos criterios de los merchandises y galerías y galeristas, el drama del arte verdadero).
A este enfoque agrega una temática humana desafiante y actual: el discrimen, racismo, prejuicios y la condena social a comportamientos sexuales.
El director no se plantea un diseño de producción costoso y se vuelve hábil para representar los dos ambientes sociales contrapuestos: el mundo finísimo de los espacios de comercialización y la creación del arte visual y el universo marginal, con residencia a las orillas del Ozama y sus respectivos pobladores de cada uno.
El director seleccionó actores generalmente los vemos como talentos de reparto o de relleno, para mostrar cuánta capacidad puede emanar de la zona histriónica no preferencial.
Las actuaciones son dignas, intensas, rompedoras de patrones para sus protagonistas, siendo interpretaciones guerrilleras y precisas
Gerardo Mercedes (El Cuervo) fue (al fin) sacado de sus personajes marginales que ya lo estereotipan como el marginal, pobre poblador, urbano o rural, envejecido y golpeado socialmente, para demostrar que puede representar a un ejecutivo de galería con todo el glamour que comporta esa función.
Empoderado de su personaje, Mercedes es uno de los aportes cruciales de esta producción. El ahora irreconocible Gerardo Mercedes (El Cuervo) es una lección actoral memorable.
Claudio Rivera, al fin, en cine, ofrece una nota fresca que debe ser estudiada como modelo de antagonismo en la pantalla. Juega irónicamente con las características del personaje y nos hace sentir y creer su juego.
Claudio Rivera es responsable de una actuación impecable como antagonista.
Anderson Mojica y Francis Cruz, en sus protagónicos, nos entregan sendas actuaciones dignas de reconocimiento, por la fuerza con que asumen sus roles, la emotividad en instantes significativos, alejados de la sobreactuación y del expresivo que se limita a lo primario y previsible.
Antonio Melenciano nos convence plenamente en su rol de reparto.
Acentoh asume con seriedad un papel que le amplía sus posibilidades expresivas en el cine, Pachy Méndez, está justa y correcta en sus minutos en pantalla, la actriz haitiana Cindy Lundy (que los encandiló en Perejil —José María Cabral-) nos impresionó con su bien logrado cambio de rol y edad. Ahora es irreconocible respecto de ese papel, pero adecuada a los fines de la producción.
Los actores haitianos, Merionne Toussaint Derby Guerrier, aportan naturalidad al espectro binacional del drama..
Es este el tipo de cine que dignifica nuestra industria audiovisual y que abona el trayecto hacia una marca fílmica sostenida y digna de ser tomada en cuenta para la historia de la industria audiovisual iberoamericana.
Fondeur Méndez fue guionista de La lucha de Ana, (Bladimir Abud, 2012) y coguionista de Biodegradable, (Juan Basanta, 2013) pero esta vez asume el rol del director y mire que le ha salido excelente.
Fondeur Méndez fue supervisor creativo de La Gunguna (Ernesto Alemany, 2015) y Voces de la Calle (Hans García,2017).
Ojalá el público corresponda a la convocatoria y tenga la oportunidad de recibir el impacto del cine cuando es belleza creada y concepto compartido.
Ficha Técnica
Título: El Vendedor de Arte
Dirección y guion: Marcel Fondeur
País: República Dominicana
Año: 2021
Duración: 90 Minutos Género:
Drama Productora: Razante Films
Productores: Hans García / Ingrid Cruz
Fotografía: Jaime Gómez
Productor en Línea: Ingrid Cruz Espinal
Edición: Isaac Morantus, Leslie García, Marcel Fondeur
Casting: Héctor Then
Vestuario: lizabeth Jiménez
Reparto
Anderson Mojica, Francis Cruz, Gerardo Mercedes (El Cuervo), Claudio Rivera, Acentoh, Pachy Méndez, Antonio Melenciano, Cindy Lundy, Merionne Toussaint, Derby Guerrier.
Sinopsis:
Un vendedor de artes en ruinas ve en un nuevo talento, la salvación de su negocio y la redefinición de su vida, pero primero debe convencerse a sí mismo y a la vez cambiar su visión del arte.
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