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Adolfina Mejia
agosto 20, 2024
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Por: Wilmer Castillo:
Como ciudadano de Santo Domingo Este (SDE), he sido testigo de las promesas vacías y las constantes falacias de nuestro alcalde, Dio Astacio. Desde su elección, he escuchado a menudo cómo utiliza su plataforma tanto política como pastoral para emitir afirmaciones que, lejos de ser realistas, solo han generado frustración y descontento entre nosotros, los residentes de este municipio.
En su más más reciente declaración, en la toma de posesión del Presidente Abinader en el Teatro Nacional el alcalde hizo una afirmación que realmente me dejó perplejo, fue cuando aseguró que “el 95 por ciento de los vertederos de SDE han sido eliminados”. No tuve que mirar más allá de las calles de mi propio barrio para darme cuenta de que esa afirmación era una completa mentira. Al igual que muchos otros, continúo viendo montañas de basura en cada esquina, y la recolección de desechos es tan deficiente como siempre. Redes sociales y grupos comunitarios están repletos de fotos que evidencian la insalubridad que persiste, afectando la salud de nuestros niños, ancianos y de las 3 Circunscripciones.
Este no es el único ejemplo de sus promesas incumplidas. Durante su campaña electoral, Astacio prometió que en los primeros 100 días de su gestión, todos los barrios de SDE tendrían alumbrado público eficiente. Sin embargo, vivo en una de esas zonas que sigue sumida en la oscuridad, y la sensación de inseguridad es palpable. Barrios como Los Mina y Villa Duarte también padecen esta misma falta de iluminación, y me pregunto ¿cuántos años más tendrán que pasar antes de que veamos una verdadera solución?.
Si bien es cierto que hemos tenido una gran maldición al tener alcaldes ingerentes en SDE, pensé que un pastor representaría la seriedad e intención de hacer de SDE un apéndice del cielo, pero parece esto un antonismo.
Lo que realmente me preocupa es cómo Astacio sigue utilizando su imagen de pastor para ganar credibilidad. Ha afirmado en varias ocasiones que los fondos municipales están siendo administrados de manera “completamente transparente”. Pero los informes financieros de la alcaldía son opacos, y la falta de claridad ha provocado desconfianza entre los que, como yo, exigen saber cómo se están manejando los recursos que nos pertenecen, hemos visto irregularidades en el Cuerpo de Bomberos de SDE, y contra todo pronóstico se mantuvo al intendete, irregularidades en la administración de las publicidades, y amedrentamiento por los Policías Municipales y espacios públicos.
La doble cara de Dio Astacio, como pastor y alcalde, me genera una profunda inquietud. ¿Cómo es posible que una persona que predica integridad y honestidad desde el púlpito utilice su poder político para distorsionar la realidad? Sus sermones están llenos de promesas de bienestar y prosperidad, pero la verdad es que nuestro municipio sigue abandonado, plagado de basura, inseguridad y falta de servicios básicos.
Santo Domingo Este merece un liderazgo responsable, honesto y transparente. Las falacias de Dio Astacio no solo han manchado su imagen como líder político y espiritual, sino que han afectado directamente nuestra calidad de vida.
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