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miércoles, 30 de octubre de 2024

Banco Mundial, agroindustria y empleos para jóvenes rurales


Por: Emiliano Reyes Espejo

ere.prensa@gmail.com

Si existe un área que puede contribuir a crear empleos para jóvenes de las zonas rurales, esa es la agroindustria. La perspectiva del sector se vislumbra luminosa y ojalá el gobierno se decida a crear políticas que favorezcan el impulso de este renglón de la economía.

Las condiciones están dadas para que podamos aprovechar las nuevas directrices al respecto que acaban de trazar organismos como el Grupo Banco Mundial (BM). Estas entidades han manifestado su interés en dar un giro para aumentar de manera considerable los recursos que destinará a financiar la producción agroindustrial.

La nueva pauta fue trazada en las Reuniones Anuales de 2024 del Grupo Banco Mundial y FMI que se celebraron en la ciudad de Washington. Allí el Grupo Banco Mundial informó que dará “un giro estratégico en su enfoque respecto de la agroindustria con el objetivo de crear un ecosistema integral para el sector”.

“En este cambio se combinará una nueva forma de trabajar con un nuevo nivel de inversión; la entidad duplicará los compromisos que destina a las agrofinanzas y la agroindustria hasta llevarlos a los USD 9000 millones anuales para 2030”, ha precisado el organismo financiero.

No hay dudas de que, con este anuncio, la entidad perfila un hálito de esperanza para los productores y agroempresarios de los países en desarrollo, como es el caso de la República Dominicana. El volumen de financiamiento para las agrofinanzas y la agroindustria anunciado por el Banco Mundial, lo menos que debe causar es regocijo, en tanto los técnicos del sector deben abocarse a configurar programas y a realizar las indagaciones de lugar para que algo de estos financiamientos lleguen a los productores nacionales.

“El nuevo enfoque surge en un momento en que el panorama de la agroindustria está reconfigurándose significativamente por la acción de cuatro tendencias: el cambio climático, las innovaciones en las finanzas, la digitalización y las soluciones a la fragmentación”, apunta el Grupo. Y agrega: “También tiene como meta aprovechar la demanda de alimentos, que según las previsiones aumentará un 60 % en las próximas décadas, y responder a la necesidad crítica de crear empleos en los mercados emergentes”.

“Nos encontramos en una encrucijada, y el camino que elijamos hoy determinará el futuro”, dijo el presidente del Grupo Banco Mundial, Ajay Banga en el acto de apertura de las Reuniones anuales del Grupo del Banco Mundial de 2024, que comenzó este 23 de octubre en Washington, Estados Unidos.

“El enfoque ecosistémico del Banco Mundial –subrayó Banga-nos permite ir más allá de los esfuerzos fragmentados para avanzar con una constelación de soluciones que incluye desde el almacenamiento hasta la logística y la producción, pero teniendo como eje central a los pequeños agricultores y las organizaciones de productores”.

El ministro de Agricultura de República Dominicana, Limber Cruz, quien participó en este evento, tuvo el valor de plantear ante la plenaria, compuesta de delegados de diferentes países, la necesidad de que se destinen a la producción de alimentos agropecuarios la enorme cantidad de recursos que se predestinan a fomentar las guerras en distintas partes del mundo. Dijo Cruz que su propuesta impactó y que muchos de los presentes se pusieron de pie cuando hizo su planteamiento.

Agroindustria y empleos rurales


En el cónclave se destacó que “durante la próxima década, 1200 millones de jóvenes en los países emergentes y en desarrollo alcanzarán la edad de trabajar”. El Banco Mundial advierte, al respecto, que “solo se crearán 400 millones de puestos de trabajo”.

¿Qué hacer?

Ante el acuciante panorama presentado en las Reuniones, el Grupo Banco Mundial “estableció un Consejo Asesor de Alto Nivel sobre Empleo para abordar este problema”. “En este evento, el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, y los copresidentes del Consejo sobre Empleo —la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam— se refieren a la importancia de analizar ideas audaces e innovadoras para crear empleos que proporcionen a los jóvenes dignidad y un sentido de propósito”.

En una oportunidad me referí al serio problema de desempleo juvenil que abate a las zonas rurales del país. El mal se agrava y las autoridades no lo han podido enfrentar como tal, creando políticas dirigidas a superar la problemática.

¿A qué da lugar que ocurra esta falta de enfoque? Da lugar a que cada vez más, con más frecuencia, “los jóvenes del campo” están emigrando a los barrios periféricos, cargados de pobreza, de las ciudades (Distrito Nacional, Santo Domingo, Santiago, etc.) donde muchos de éstos terminan en la corrupciòn y siendo víctimas de vicios que les llevan a la muerte.

Empleos para jóvenes rurales

Para hacer frente a esa triste realidad, se hace pertinente implementar políticas para crear empleos para los jóvenes rurales, esto mediante el fomento de empresas agroindustriales en los campos, especialmente en la región Sur. Ocurre que algunos productores agrícolas y constructores, así como algunas autoridades se inclinan por lo más fácil, importar y utilizar en sus empresas y predios agrícolas a extranjeros ilegales, particularmente haitianos.

En tanto, el Grupo del Banco Mundial sostiene que el giro que ha dado a su política de financiamiento a la agroindustria y otros sectores, entre otras medidas, busca acrecentar la productividad y el ingreso agrícola –ya que según afirma- eso “ayudará a crear empleo, aumentar las ganancias y mejorar la calidad de los alimentos y la nutrición”.

Al respecto, Ishmael Sunga, director ejecutivo de la Confederación Sudafricana de Sindicatos Agrícolas, planteó en la reunión de Washington que: “Para atraer a los jóvenes a la actividad agrícola, no podemos promover la agricultura, sino promover oportunidades de emprendimientos. Cuando se entienden las oportunidades empresariales, se entusiasma a los jóvenes. Y ellos ya están motivados”.

Panorama preocupante

En las intervenciones se expuso, además, el dilema que se enfrenta en la actualidad, se registra el crecimiento de la población mundial y el cambio de los regímenes alimentarios están incrementando la demanda de los alimentos.

“Una de cada nueve personas padece de hambre crónica, y el 12,9% de la población de los países en desarrollo está desnutrida”, según se debatió en las Reuniones del BM-FMI en Washington. “La seguridad alimentaria es un desafío que se tornará cada vez más difícil de superar, a medida que el mundo necesite producir alrededor de un 70% más de alimentos en 2050 para alimentar a una población estimada de 9000 millones de personas”.


Los anteriores señalamientos nos conducen a plantear lo siguiente:

1) Que las autoridades escuchen estas premoniciones del BM-FMI y se aboquen a crear un consejo para fomentar empleos para los jóvenes del campo.

2) Auspiciar la creación de más agroindustrias en el territorio nacional y fortalecer mediante asistencia técnica y financiera a las existentes, a la vez que se procure captar parte de los 9000 millones de dólares que el Grupo BM destinará a financiar ese sector.

3) Que el gobierno, el sector privado, con el apoyo de organismos como el Banco Mundial, fortalezcan aún más al sector agroindustrial del país, el cual produce para el consumo local y exportación, partiendo de la realidad de que el mismo tiene un enorme potencial, ya que durante la celebración de la feria de Alimentos, Tabacos y Bebidas Agroalimentaria 2023, cerró con intenciones de negocios con compradores internacionales por US$410 millones.


El autor es periodista
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